Esta es la sección en la que debería explicar quién soy, a qué me dedico, cuál es mi experiencia y todas esas cosas.
Pero supongo que a tí eso te interesa más bien poco.
A tí te interesa más saber qué puedo hacer yo por tí.
Resumiéndolo mucho, soy bueno resolviendo problemas complejos. En particular problemas complejos cuyos ingredientes suelen ser números y datos relacionados con negocios o inversiones.
Estos ingredientes se añaden de forma estructurada y sistemática a una hoja de cálculo, donde se entremezclan, se modifican, se moldean y acaban dando lugar a un resultado.
El resultado es una herramienta que facilita la toma de decisiones: Un modelo financiero.
Yo te ayudo a preparar y/o auditar modelos financieros que te faciliten la toma de decisiones en tu negocio.
No me refiero a una de esas hojas Excel preparadas de cualquier forma que después de varias semanas no entiende ni el que la hizo. Me refiero a modelos financieros profesionales, elaborados siguiendo una metodología que asegura que sean sencillos de entender pero a la vez lo suficientemente detallados como para representar un negocio y el impacto futuro de sus decisiones.
Modelos financieros que hablan el idioma de bancos e inversores.
Quizás te surjan dudas… puede que te estés preguntando: «¿Realmente necesito a alguien que me prepare un modelo financiero? Seguro que si me pongo yo con un tutorial en una tarde lo preparo.» O bien: «Conozco a alguien que es muy bueno con Excel y seguro que puede hacerlo.»
Si éste es tu caso dime sinceramente si te reconoces en alguna de estas dos situaciones:
- Has preparado una hoja Excel para tomar una decisión de inversión. La dejas aparcada y después de varias semanas retomas el tema. Te comienza a salir humo de la cabeza porque no eres capaz de recordar por qué partiste de una determinada hipótesis, por qué hiciste ese cálculo o qué demonios hace esa fórmula que te pareció tan ingeniosa cuando la creaste y que ahora parece salida de un algoritmo de criptografía;
- Encargas a alguien que prepare una hoja Excel para tomar una decisión de inversión. Eres capaz de entender mejor una película en coreano sin subtítulos que la lógica seguida para su preparación.
Estoy seguro que si estas situaciones te resultan familiares entenderás bien el valor de mi trabajo: Yo te ayudo a preparar y/o auditar modelos financieros que te faciliten la toma de decisiones en tu negocio.
Ahora que ya sabes qué puedo hacer por tí quizás te interese conocer un poco más sobre mí. Si es así sigue leyendo.
Si no y únicamente te interesan mis servicios te invito a que te suscribas a mi newsletter en la que escribo sobre modelos financieros, proyectos en los que trabajo, libros que leo o cosas que aprendo, sin ningún orden en particular. Todo desde el punto de vista de un tipo de Zaragoza que no estudió finanzas pero que ha acabado trabajando para un fondo de inversión de Nueva York.
Te va a interesar si tienes que tomar decisiones de inversión y quieres que se entiendan bien.
Te apuntas aquí:
Como te decía, ésta es la parte en la que te cuento un poco más sobre mí.
Te cuento que soy del 78, que estudié Ingeniería Química en Zaragoza (España) como podía haber estudiado muchas otras cosas y que jamás ejercí como ingeniero. Ahora que tengo un poco de perspectiva me alegro, porque me doy cuenta de que mi vocación no iba por ahí.

Mi primer contacto con un modelo financieros fue en 2010. Yo me acababa de incorporar a una empresa que fabricaba molinos de viento. En mi primer día de trabajo mi jefe me dijo:
«Te envío la proforma por email. Mírala bien y aprende a usarla porque ahora es tuya.»
Yo no tenía ni idea de qué era la proforma. Me sonaba a factura provisional, a documento comercial, a ventas.
Pues no.
Lo que en esa empresa llamaban proforma era en realidad un modelo financiero que se empleaba para simular el rendimiento económico de un proyecto eólico. Con él te ponías en los zapatos de un cliente y comparabas el desempeño de tu molino contra los molinos de la competencia.
Era una herramienta muy poderosa. Nos permitía entender si nuestro molino era competitivo en las condiciones en las que lo vendíamos. Si no lo era, nos permitía ajustar cosas como el precio o las prestaciones para hacerlo más atractivo a ojos del cliente.
El caso es que jamás había visto un modelo financiero antes. Tuve que aprender sobre la marcha, a base de mucho googlear, probar, experimentar y también cometer innumerables errores. Pero aprendí.
Y aprender técnicas de modelización financiera me llevó a comienzos de 2015 a mudarme a Nueva York para trabajar para un fondo de inversión que invierte en proyectos de energías renovables. No debo ser malo porque desde 2015 me llevan pagando por preparar y revisar modelos financieros.
Quizás en este punto te puedes estar preguntando:
«¿Cómo acaba trabajando para un fondo de inversión de Nueva York un tío normal de Zaragoza que no tiene un súper máster sobre inversión y finanzas, ni unas cuantas siglas a continuación de su nombre, ni contactos de peso?»
No eres el primero que se lo pregunta, ni probablemente el último. Si te interesa averiguarlo te adelanto que la historia pasa por definir un objetivo, tener claro tu valor diferencial y perseverar mucho.
Algún día contaré la historia completa en mi newsletter. Si te suscribes podrás conocerlo de primera mano. No sólo eso, también compartiré contenidos sobre modelización financiera y cosas del día a día que se cuecen en un fondo de inversión de Nueva York. En definitiva, cosas prácticas que quizás puedas aplicar en tu negocio.
Si no te gusta, te desuscribes y tan amigos. Pero vas a querer quedarte…
agílibus, del latín agibilis (“habilidoso”)
- m. coloq. Habilidad, ingenio, a veces pícaro, para desenvolverse en la vida.
- m. coloq. Persona que tiene agibílibus.